Casar
la letra con el Espíritu Santo.
Hay
una necesidad académica y una necesidad espiritual.
Una
educación de calidad, de excelencia, pero también de ministerio y de pasión.
Se
requiere que el estudiante se enamore
del ministerio, del estudio y de Dios.
Pasión,
liderazgo eficaz, espiritualidad, y excelencia.